Escribir no es placentero. Es una trabajo duro y se sufre mucho. Por momentos uno se siente un inepto: la sensación de fracaso es enorme y eso significa que no hay sentimiento de satisfacción o de triunfo. Pero el problema es peor si no escribo: me siento perdido. Si no escribo, siento que mi vida carece de sentido".
Casilda García Archilla, Divagar (2008). Bolígrafo / papel vegetal. 16,9 x 12,3 cm.
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